Para una empresa, el control de acceso de personas es una forma efectiva para proporcionar seguridad tanto a empleados como a clientes, y proteger sus activos y negocios.
La biometría, un término que proviene del griego bio (vida) y metron (medida), se dedica a desarrollar técnicas que permiten medir y analizar una serie de parámetros físicos que son únicos en cada persona para poder comprobar su identidad.
Hay varios sistemas de control de acceso para satisfacer los perfiles, áreas y necesidades de cada negocio. Una de las soluciones más seguras es el sistema biométrico, que puede ser mediante reconocimiento facial, de la retina, la biometría del iris y reconocimiento por voz. Con esto, se realiza una base de datos de usuarios registrados, y sólo después del análisis, queda libre la entrada.
En la biometría digital, la huella dactilar de la persona funciona como contraseña. El tratamiento facial es aún más moderno: identifica el rostro del empleado registrado, exigiendo la colocación de la cara en un marco con cámara para su reconocimiento y posterior apertura de puertas. También se pueden incorporar cerraduras electromagnéticas, tarjetas inteligentes o tarjetas de RFI que son unos pequeños dispositivos, similares a una pegatina, que pueden ser adheridas o incorporadas a un producto, un animal o una persona y que contienen antenas para permitirles recibir y responder a peticiones por radiofrecuencia.
La Biometría de retina controla los vasos sanguíneos de los ojos y requiere que el usuario se detenga y mire hacia un punto de lectura. El proceso se lleva a cinco segundos, durante los cuales hay emisión de una luz blanca y de baja densidad. El análisis realizado por el iris es aún más rápido: en sólo de tres segundos, la luz infrarroja dilata la pupila y asegura la formación de anillos y puntos de colores alrededor de la pupila. La doctora española Celia Sánchez-Ramos, por ejemplo, ideó un sistema de identificación de personas a través de la córnea que le valió el premio principal del Salón Internacional de Invenciones de Ginebra de 2010, considerado el Nobel de los inventos.
El sistema biométrico de voz es ideal para las empresas que prestan servicios a distancia, tales como bancos. Sólo en Gran Bretaña han perdido más de cinco millones de libras por año en fraudes, en prácticas comunes, como el robo de identidad y la falsificación de cuentas bancarias. Esta tecnología utiliza un equipo de audio que compara las impresiones vocales registradas en la voz de la persona al teléfono y ofrece la autenticación de la identidad de la persona. Está considerado como uno de los métodos más seguros, ya que cada persona tiene más de un centenar de elementos característicos en su voz.
Los lectores de tarjetas son muy populares y se utilizan para registrar la entrada y salida de personas, especialmente para medir el tiempo. Muchas empresas adoptan las tarjetas de acceso de seguridad y almacenan datos del personal (nombre, identificación y nivel de acceso) en una banda magnética. La información se decodifica mediante el lector de tarjetas.
La lectura puede hacerse de las siguientes maneras:
- Para la inserción de la tarjeta;
- Al poner la tarjeta a través de una ranura en los extremos del lector;
- Al acercarse a la tarjeta en el lector, sin necesidad de inserción.
Hay que mencionar que cada sistema de seguridad que utiliza la biometría digital, ya sea para el reconocimiento, verificación o identificación de personas, tiene previamente la labor de llevar a cabo el registro de personas.
Hoy en día, los datos biométricos digitales son, posiblemente, el mayor aliado de los sistemas de seguridad, ya que ofrecen la posibilidad de identificar de forma rápida y segura a las personas con bastante eficacia.